viernes, diciembre 31, 2004

Cuento del Ángel

Yo nací de mujer. No había nada que indicara que yo pudiera ser algo especial, algo diferente. Conforme fui creciendo me di cuenta de que había algo más, que yo no era como los otros niños, yo tenía un destino que cumplir, yo fui puesto en el mundo con una misión. ¿Por que no la recordaba? No lo se, pero al ir creciendo me fue quedando más claro que yo soy un ángel, un ángel guardián, de los que se supone que todos tienen uno, invisible, chiquito, que intercede por su causa y les echa la mano cuando se amerita. La verdad es muy diferente, no soy invisible ni chiquito ni tengo poderes superiores a los de cualquiera. Lo que tengo es una responsabilidad, un trabajo, y un cosquilleo que me indica cuando mi misión termina y tengo que ir a buscar otra, porque tampoco estamos atados a una sola persona, a veces nos quedamos con alguien una semana, un mes, un año, varios años. Pero tarde o temprano sentimos la cosquilla en la nuca y sabemos que es el momento de movernos y buscar una nueva necesidad en los seres humanos.
Me aficioné a la comida de la gente, no se si la necesito para vivir, nunca he tenido la necesidad de dejar de comer ni el morbo para hacer el experimento. Eso si, tengo una necesidad que parece que no tienen los humanos, necesito otro tipo de “comida” para sobrevivir, y ese alimento es la gratitud y el placer de ayudar, si no estoy trabajando para algún humano siento que me debilito, y me voy consumiendo poco a poco…
En mi vida, desde que me di cuenta de lo que soy, me ha tocado cuidar personas muy interesantes y muy diferentes, alguna vez a una mujer que no tenía en quien vaciar su ternura, otra vez a un anciano que necesitaba paciencia, otra a un grupo de varios niños, alguna vez cuidé a una niña que creía merecerlo todo pero necesitaba más ayuda de la que podía pedir, alguna otra vez ayudé a una familia a no colapsarse. También he tenido trabajos menores, quitar o poner una piedra en el camino, evitar que tres ancianas caigan en un charco, detener un taxi… esos trabajos son como una botana, no llenan mi alma pero la refrescan y la mantienen lista para cuando llega el plato fuerte.
También he tenido ratos solitarios, sin nadie a quien cuidar, sin cosquilleo en la nuca por bastante tiempo, pero tarde o temprano siempre aparece una misión más y alimento para mi espíritu.
En los últimos días he tenido mucho tiempo para pensar, ando desempleado, y me puse a reflexionar sobre los ángeles y los humanos. Yo no sabía que era un ángel cuando era niño, quizá existan más personas que en realidad son ángeles y no se han dado cuenta. Los ángeles somos mucho más humanos de lo que los humanos creen, con cuerpos, sentimientos, fatigas, debilidades, justo como los de ellos. Si los ángeles somos más humanos de lo que se cree, también hay muchos humanos que son mucho más angelicales de lo que parece, que entregan su tiempo y hasta su vida por la causa de sus congéneres. Quizá ellos mismos fueron ángeles y nunca lo supieron, vivieron su vida trabajando sin darse cuenta de que era su misión en la vida, y que si no la hubieran cumplido, habrían muerto de tristeza al no poder alimentarse con felicidad.
Me puse a pensar, porque estoy triste y necesitado, que yo podría también necesitar un ángel guardián. Recé por encontrar uno, mientras sigo sin trabajo y se acumulan meses de debilidad y lenta evanescencia. Nunca me había preguntado si los seres humanos sienten algo cuando llega su guardián, ¿Cómo lo identificarán? O simplemente se les deja gozar del apoyo de un ángel sin darse cuenta en realidad de lo que se les está regalando…

Rezo todos los días, por que venga mi ángel, y para sentir de nuevo el cosquilleo que se siente al encontrar a un nuevo humano necesitado. Cualquiera de las dos me sacará de mi crisis, no se cuanto pueda aguantar sin desvanecerme, cuando paso por la calle la gente parece no notarme y yo los veo borrosos… Por favor… denme la posibilidad de seguir viviendo, mándenme un ángel, mándenme una misión…





Te veo, y siento el cosquilleo en la nuca, ¡por fin has llegado! ¡por fin una nueva misión!
¿Tendré la fuerza para levantarme, darte algo bueno y volver a vivir?

Me pregunto esto mientras eres tú quien se acerca, me tomas la cabeza, me besas la frente y me abrazas con una ternura sobrenatural, que ningun humano podría dar… ¡Eres un ángel!

Que infinito placer..
que mi misión ahora sea cuidarte a ti, a mi ángel guardián.

jueves, diciembre 30, 2004

El antiinfomercial…

Estoy cansado de las mentiras, de los productos que prometen salvar las aflicciones más antiguas de la humanidad por una módica cuota. Para terminar por hacer mal lo que siempre se ha podido hacer…

No quiero ser un infomercial involuntario, no quiero que nadie piense y espere de mi las maravillas que la humanidad siempre ha buscado. Que tal que mejor presento lo peor de mi. Es una estrategia de venta innovadora, que tal que se anunciara un medicamento por sus posibles efectos secundarios y contraindicaciones… “nuestra medicina hace maravillas, puede causar calvicie prematura y dolores de estómago… eso es lo peor que le puede pasar… lo bueno que hace dejamos que lo descubra usted, cómprela ahora, no se arrepentirá, con solo un 5% de posibilidades de que algo salga mal puede ganar mucho”
O que tal, “esta lata de atún es mas cara, pero vale su precio”
Ya de perdida, podríamos invertir las jerarquías de las pautas publicitarias, que tal 20 segundos de un coro de chicas guapas cantando “no se deje al alcance de los niños, no se deje a su alcanceeee” para cerrar con un “Drano, destapacaños” dicho por un locutor “en off”.

Nada de Promesas falsas, nada de ilusiones creadas… Presento mi antiinfomercial, los invitados especiales que harán la presentación son la Doctora Arce y el Profesor Crito.

Musica de fondo: una pieza de trova de las más desconocida, pongamos “a mi resguardo” de Gerardopablo.

Escenario: Típico Set, con poco público, porque no se prometió ni torta ni refresco a cambio de la asistencia, buena iluminación pa que se vean todos los detalles.

- Con ustedes nuestros anfitriones: la Doctora Arce (DA) y el Profesor Crito (PC)

(aplausos… pocos, porque nadie sabe quienes son esos dos)

DA: Bienvenidos a nuestro programa, hoy vamos a hablar de Alfil, Que tal Profesor, ¿como amaneció hoy?

PC: Bien gracias, con algo de flojera de venir hoy, pero bien

DA: Pues a darle que nos cobran por hora el foro. Comencemos con el tema del día

PC: Si, gracias Doctora, hablemos de Alfil. El primer paso, porque de la vista nace el amor es el físico, parece que hoy si se peinó, que bueno… que pase al frente por favor…

DA: mire nada más… querido público, que será, cuanto estará pasado de peso,¿ serán 10 kilos?¿ Será más?¿ Serán 20?

PUBLICO: diez diez!!! No, quince quince!

PC: Si lo compran ahora prometemos que lo mandaremos con un rastrillo, pa’ ver si ya se rasura más seguido, y también incluiremos grasa de zapatos. Lo que no incluiremos es cera depiladora, si quiere quitarle lo peludo tendrá que hacerlo con sus propios recursos

DA: y hablando de zapatos, mire que fachas, la camisa como que ya vio sus mejores días, (si es que los tuvo)

PUBLICO: jajajaja JAAJAJA

DA: y el pantalón, no debería usar herencias de su abuelito

PUBLICO: jajaja JAJAJAJA

PC: pero bueno, lo que importa es lo de adentro, quisiéramos decirles todo lo que Alfil tiene para ustedes, pero para ello mejor vamos con un testimonio…

(Cambio de escena a locación)

Testigo 1: Siiiiii lo recuerdo bieeeeen, yo a Alfil lo conozco desde hace varios años, y es un ñoño, casi no sale de antro, no toma ni para brindar y se queja mucho del humo de cigarro… no tiene idea del grupo y la canción de moda, y usa palabras raras al hablar.

(volvemos al Set)

DA: gracias por el valiente testimonio. Ahora necesito silencio, para escuchar esto… (Alfil ríe) Que patética risa, y además la postura, ¡enderézate Alfil! Ahora algunos datos biográficos:

PC: Si, hablemos de la larga historia de fracasos de Alfil, nunca sobresaliente en la escuela, deportista gris, aficionado al canto y al la música, pero sin estudios y con una calidad que deja que desear, imagínense, no toca la guitarra ni el piano, “le gustan las percusiones” ¿Quién puede llegar a ser grande tocando el bongó?PUBLICO: Naaaaaaa dieeeeeee (risas)

PC: Estudios: Diseño Gráfico o algo igual pero con otro nombre, profesión de esclavo de publicista, sin las aspiraciones profesionales de un Ingeniero un Abogado o un Doctor, además ni al nueve de promedio llega. Trabajo: con la familia, lo más fácil y mediocre. Ambiciones… ¿tiene?... Familia, bueno, la familia será sujeto de otro programa…

PC: Volvemos contigo Doctora Arce

DA: Gracias, vamos con otro testimonio

Testigo 2: Si, Alfil es todo un suceso en las reuniones, suele hacer una entrada espectacular a la casa rompiendo algo, de preferencia un vaso, y luego, se queda callado, no dice mucho, contesta si le hablan pero nunca es el centro de atención, a menos de que esté haciendo un ridículo…

PC: Gracias también a ti por tu valiente testimonio. Se nos está terminando el tiempo por hoy pero sintonícenos mañana, tenemos todavía muchísimo que decir de Alfil.

DA: Casi se nos olvida, no hemos dado el precio de nuestro producto, pero mejor llame, si lo dijéramos al aire nadie hablaría para comprarlo…. Hasta pronto, nos estamos viendo

(Entra música de fondo y la cámara hace fade-out)

PUBLICO: Aplausos (pocos)

FIN….

No, no me estoy tirando al suelo para que entre todos me levanten, todo lo que está ahí arriba y muchas cosas más las he escuchado (con palabras menos cómicas) dirigidas a mi.

¿Se puede pensar todo eso de mí? Si, ya alguien lo ha pensado antes…
La pregunta es: ¿quieres pensar todo eso de mí?

Si la respuesta es SI, que tengas buen día…
Si la respuesta es NO, piénsalo bien
Si la respuesta es Quizá, toma una decisión

Y si la respuesta es Quiero conocerte antes, bienvenido


Un agradecimiento a todos los que aportaron algo a este texto, sin ustedes no me conocería tan bien…


Destino

El destino tiene dos voluntades,
Cuando la izquierda quiere, se da la química
Cuando la derecha quiere, se da el entendimiento
Cuando la derecha no quiere, se da la razón
Cuando la izquierda no quiere se da la apatía

Cuando la derecha quiere y la izquierda no, se da el pacto
Cuando la izquierda quiere y la derecha no, se da la locura

Cuando ninguna quiere, simplemente no se da.
Pero cuando las dos voluntades del destino quieren, se da el amor

miércoles, diciembre 29, 2004

Arte…

Para el arte postmoderno, una obra tiene dos polos, dos partes, se forma 50% del artista y 50% del observador. Una obra no está completa a menos que alguien la vea y la complete con su mente y su sensibilidad. El artista pone espejos, donde el observador proyecta lo que sabe y lo que siente, recibiendo de vuelta a si mismo, con su saber y su sentir, pero matizado por las concavidades del espejo… diferente pero familiar.

Al entrar a una galería de ate moderno, muchas veces encontramos un cuadro a medio terminar con una mancha en el centro que se llama “sin título 2”. Yo casi siempre los paso de largo, no me hablan y no los escucho… Pero alguna vez, cuando me tocó el placer de ver un “sin título” al lado de otras obras del mismo artista, y leer su biografía, y entender qué quería criticar, a quien va dirigido, que pasaba por la mente del artista… entonces, el “sin título” se vuelve una obra maestra, y se entiende el por qué de la mancha al centro y se aprecia la calidad de la pincelada y demás…

Para apreciar arte postmoderno hacen falta dos cosas, conocimiento y sensibilidad.
Así como un concierto se disfruta más cuando ya nos sabemos las canciones y quizá hay una o dos nueva, el “saberse” al artista es clave para disfrutar su obra… no es lo mismo ver un Van Gogh que ver una serie, que entender el impresionismo, que saber la historia de sus miedos y su paranoia… y así cada obra nueva, tendrá un poco de las demás, y como los conciertos, algo nuevo que disfrutar y que nos prepara para la siguiente…
Con respecto a la sensibilidad, no se trata de ser de “lágrima fácil” ni tener unos sentidos privilegiados. Lo que se necesita es tener algo que sentir, traer una alegría, un dolor, o hasta una anécdota curiosa que contarle a la obra… volviendo al ejemplo, creo que casi siempre las canciones consentidas de cada quien le recuerdan momentos, personas, lugares… y cada vez que escuchamos esa canción nos transportamos ahí. Pasa igual, cuando frente a la obra derramas una historia, la obra cobra vida y nos mueve, porque tenemos algo que decirle, y ella (si el artista es bueno) nos devuelve nuestra propia vida de una forma nueva y mágica.

Los artistas un día decidieron que objetos como cajas de zapatos, mingitorios o ruedas de bicicleta eran objetos de museo, y nació el arte objeto, que por un lado, critica al arte tradicional diciendo que “cualquier cosa es digan de un museo” y por el otro, llama a una reflexión más profunda, de que cualquier objeto, por más cotidiano que parezca, es una obra de arte ante la persona correcta y en el espacio correcto. Sin olvidar que el arte es la convergencia de dos voluntades, así que se requiere de una intención de artista y otra de observador.

Y no, no es mi intención dar una cátedra de arte, materia en la que por cierto, no soy ningún experto. Mi intención es hablar de espejos y de arte, porque voy cayendo en cuenta, gracias a algunas pláticas recientes, de que soy obra y artista. Cuando hablo, cuando camino, siempre que interactúo con alguien, le doy la oportunidad de reflejarse en mi y conocerse un poco más. Como artista trato de poner en mi obra, en mi vida, lo más grande que tengo, bueno y malo, mis más grandes miedos y mis más grandes logros, trato de hacer de cada momento una obra maestra que haga reír o llorar. Como toda obra de arte, hay quien pasa frente a mi y sigue de largo, porque me ve “sin título”, hay a quien simplemente no le gusta “mi estilo” o “mi corriente”, hay quien se detiene frente a mi, me regala unos minutos o segundos y aunque con toda la buena intención, “no me entiende”, otros no están de humor para una obra tan alegre, tan simple, tan profunda, tan sosa, tan larga, tan común, tan rara, tan complicada, tan elevada… Pero también hay quien se para enfrente de mi y tiene la sensibilidad correcta, quizá le atraen mis colores o mi trazo, y se detiene a verme, y encuentra mi concepto, y me proyecta con lo que siente y lo que ha vivido, bueno y malo, y me entiende, y me disfruta… se abre la comunicación entre artista obra y observador. Y ninguno de los dos vuelve a ser el mismo. De esa primera comunicación viene el conocimiento, cuando el observador va conociendo las diferentes obras, y logra comprender los matices, los cambios, y las razones del artista para crear. Mientras más profundo el conocimiento más intenso el disfrute que tiene el observador al mirar la obra.
Hoy hable en primera persona, pero creo que todos somos artistas, obras de arte y observadores. La obra de arte se conforma de 50% artista y 50% espectador… y el ser humano tiene el privilegio de ser la única obra de arte que puede escoger quien la ve y quien no. A veces nos dejamos ver por alguien que nomás nos quiere colgar en su sala sin pensar, a veces insistimos en que nos vea alguien que no comparte la sensibilidad que tenemos, a veces nos conformamos con observadores que nos consideren “bonitos” y nunca lleguen a profundizar… a veces, cuando tenemos suerte, nos encontramos con un observador grande, que nos de ese 50% que nos completa, que nos cuestione, que nos proyecte, que nos sienta…

Soy 50% lo que como artista voy creando, y 50% lo que cuando me observas me das.

sábado, diciembre 25, 2004

De ligues y de ligas…

Parece que desde que nací tenía una anomalía: la gravedad no me afecta, el mundo no me atrae hacia su centro, y por lo tanto estoy condenado a morir tarde o temprano al salir volando sin poder regresar.
Pero parece que también desde que nací, estaba amarrado a algo, en un principio estaba solo amarrado a mi madre, amarrado por una liga, no un cordel, no un ombligo, una liga…
Desde esos lejanos años, empecé a amarrar más ligas, a diferentes personas cosas, sentimientos… amarré una liga a un juguete, nunca podría separarme del mundo mientras ese juguete me mantuviera atado a él… Ya ni siquiera lo recuerdo, esa liga se rompió cuando un juguete más nuevo se ganó una liga.
Me amarré a un amigo, no recuerdo como se llamaba, hace demasiados años que no lo veo, me fui amarrando a otros amigos, y la distancia y el tiempo gastaron la liga que me unía a él, y al no poder estar más en tensión se rompió.
Me he amarrado a muchas cosas, me he amarrado hasta a la esperanza de que tendré algo a qué amarrarme…

Me sentía muy especial, con mis ligas, a punto de salir volando… hasta que viendo con un poco más de cuidado, vi que las personas a las que me amarré también flotaban y estaban amarradas a mi, y como ellos me impedían perderme, también yo impedía que ellos se fueran sin rumbo… Una red, todos estamos en una red, que le da la vuelta al mundo, y entre todos nos mantenemos anclados.

Así, todos amarrados unos a otros y a nuestras cosas y nuestros lugares y a nuestros sentimientos, así nos vamos moviendo, cuando salimos de viaje dejamos una liga en nuestro origen, que nos hará volver, y otra en el destino, que dependiendo de la intensidad y duración del viaje puede durar para siempre o romperse cuando apenas a unos kilómetros de distancia.
Me he visto amarrado por diferentes cantidades y calidades de ligas, también he visto a otras personas amarradas, me sorprende mucho cuando veo hacia arriba y veo a alguien a punto de salir volando, amarrado solo a una o dos ligas gastadas. Siempre que puedo trato de tenderles una liga yo, bajarlos de nuevo, para que puedan encontrar más y más a qué amarrarse. También he visto personas amarradas a una sola liga, una muy fuerte, a su profesión, a su pareja, a su dinero, a su poder. Siempre me ponen nervioso esas personas, porque parece que están muy sólidas, muy pegadas al suelo, pero si algún día se les va esa sola cosa a la que se amarraron, es casi seguro que los perderemos antes de que se puedan siquiera dar cuenta. Una vez vi a alguien muy cercano casi desprenderse de la tierra, había metido demasiadas ligas a algo que al final no valió la pena, se rompieron y dio una sacudida tremenda. Le traté de tirar algo, pero nunca lo logré convencer… Por suerte, volvió, está amarrado aquí cerca, todavía se tambalea un poquito, él me inspiró a darme cuenta de que esto se debe contar…

¿A ti que te amarra? ¿Hacia donde tiras tus ligas? Hacia el pasado, hacia el presente o al futuro, o un poco en cada uno. Puede que te hayas ligado a muchas personas con ligas chiquitas, o a unas pocas con ligas más fuertes, o quizá te ligas más a cosas materiales o espirituales que a personas. Cada quien es diferente…

Yo estoy amarrado a mi oficio, a mi pensamiento, a mis valores, estoy amarrado a mi felicidad, amarado a detalles tan chicos o grandes como la luna o el atardecer. Creo que no tiro muchas ligas a la gente, más bien suelo tomar las que ellos me lanzan, pero en contados casos encuentro a alguien a quien me quiero amarar, con una liga nueva y fuerte, elástica pero resistente… creo que esas personas son mi principal soporte para no salir volando…

Si estás leyendo esto, es muy posible que seas de esas personas, ¿sabías que en parte es gracias a ti que sigo en este mundo?...

Yo quiero sospechar que si no has salido volando, es en parte gracias a mi

Libre de Luchas

En un momento de flaqueza, lamento todo… cómo sería reconfortante que bajara Dios, que se supone que todo lo ve. Que viniera un juez con varios detectives, de esos de la televisión, que se supone que todo lo resuelven. Que las cámaras de Televisa me hubieran estado siguiendo como en una especie de Big Brother…
Que reconfortante sería tener a alguien imparcial, que tuviera todas las evidencias, y me pudiera decir que no soy el gran perdedor. Poder ver una repetición
Yo di, yo doy, yo hice, yo fui… lo mejor que pude, lo mejor que puedo…

Me siento como en la lucha libre, donde rudos y técnicos sostiene su eterna batalla… a mi me educaron para el bando técnico, no echarle montón a alguien vencido, no hacer faltas, no lastimar al contrario, ganarle con honor y sin humillarlo…
Enfrente me llenaron de rudos, educados simplemente para ganar, sin pensar qué puede pasar en la otra esquina…
Los fanáticos de los rudos siempre nos tratan de tontos, porque nuestros contrarios nos ofrecen la mano y cada vez vamos y nos acercamos para llevarnos un golpe… ellos no entienden que ya lo sabemos, que nos lo han hecho millares de veces, no entienden que lo que nos lleva a ofrecerles la mano no es la falta de criterio o de memoria, sino la esperanza de que alguna vez en alguno de esos rudos podamos encontrar alguien que quiera combatir parejo, con el honor que es nuestra vida…
Mi última batalla, máscara contra máscara, orgullo contra orgullo, campeonato mundial…
Arena llena, porras para ambos… empieza el combate…
Mi pelea es contra el peor de los rudos, el más peligroso, el más letal. Parece que un rudo es más terrible mientras menos cuenta se de de que lo es… Critica a otros rudos por tramposos, por sucios, por incapaces… y no se ha dado cuenta de que es uno más de ese bando…
Deja su esquina, me ofrece la mano… el ritual eterno… no puedo decir que confío, más bien albergo la esperanza… estiro mi mano, ya con el cuerpo duro para recibir el golpe, no me deja esperando, ataca de inmediato y sin piedad… -está bien, ya empezamos- pienso, y me preparo para el combate más duro de mi vida.
Los pormenores del combate están de más, y como con casi todas las historias, el final es lo que da sentido a todo el trayecto…

El truco de la silla, me lo han hecho mil veces también, le quitan una silla al público y me golpean con ella… normalmente habiendo despachado al árbitro con un movimiento “accidental”, y cuando el árbitro reacciona la silla ya está escondida y yo listo para ser rendido…

Pues si, de nuevo apareció el truco de la silla, con una variante que nunca antes había sufrido… primero el árbitro quedó noqueado como era de esperarse, apareció la silla, pero yo estaba preparado. Pese a la desventaja de estar desarmado me batí como un valiente, le vi de frente, luché y logré dejarle fuera de combate… por supuesto el árbitro no vio nada de eso y no me pudo dar la victoria… Mientras trataba de reanimarlo, mientras mi oponente estaba en el piso, sin poder ver nada… entonces apareció un fanático rudo, y me golpeó en la cabeza con la silla… nunca esperé ni pude defenderme del golpe. Mientras yo reaccionaba mi oponente pudo levantarse, tomar la silla y acabar conmigo justo a tiempo para la recuperación del referee… perdí…

Y mi oponente nunca supo como ganó, nunca supo que la batalla fue aún más injusta de lo que normalmente hubiera sido. Nadie se lo va a decir, y si alguien se atreve no se lo va a creer, y seguramente saldrá golpeado…

Yo estoy derrotado, no me duele tanto el perder sino la forma, me molesta mucho que mi oponente no sepa que nunca me hubiera ganado en igualdad de circunstancias, me molesta que crea que fue superior a mi…
Tengo dos consuelos: el primero, es que tarde o temprano alguien le ganará, y le pondrá en su lugar, aunque siempre tendrá mi máscara en su colección de trofeos… Pero ese es mi otro consuelo, el más grande… me deshice de la máscara, y ahora puedo ser más yo que nunca, dejo de ser un personaje, para ser una persona, dejo de ser un actor en el ring… Soy más real, más vivo y más humano que nunca…
Una mala experiencia… que al contrario de lo que podría parecer, no me invita a formar parte del bando rudo, al revés, me hace repudiarlo más que nunca, y sentirme más orgulloso de lo que soy y lo que creo… Porque nunca me va a devolver nada, porque cree que lo tiene, pero nunca me lo quitó…

jueves, diciembre 23, 2004

Estoy Perdidamente Enamorado

Ya quiero prepararte un desayuno Tengo el regalo para tu cumpleaños. Saboreo el aroma de tu cuello. Estoy listo para festejar el aumento que desde hace tanto te mereces. Quiero abrazarte cuando estás triste. Quiero pasar una de esas tardes que se van volando hablando y compartiendo puntos de vista. Voy a ayudarte con aquel problema, seguro juntos le encontramos solución. También quiero llorar contigo, traigo unas lágrimas que solo tú me vas a poder sacar y secar. Quiero verte cuando estás distraída, quiero besarte, abrir los ojos y verte, y verme reflejado en tus ojos. Quiero saber que estás del otro lado de la luna. Quiero darte una sorpresa. Quiero estar a tu lado a partir de hoy y el resto de mi vida…

…solo me falta conocerte…

sábado, diciembre 18, 2004

Marea Baja

Se apagó el faro,
Que bonita ilusión el nadar hacia tus costas, pero no estás en una playa, estás en un arrecife, por lo pronto inaccesible… fue una ilusión valiosa, poder acceder a tu torre y haber encontrado la ruta casi al haber naufragado. Desde aquí abajo, la torre ya no es perfecta, ya no veo el origen de tu luz sino solo una línea al horizonte…

Lo bueno cuesta trabajo, lo fácil fue verte, lo difícil alcanzarte, o aceptar que no estás en mi ruta y que tengo que seguir nadando, cuando pensé que encontraría el descanso, nadé sin pensar en mañanas… gasté fuerzas de más… invertí todo en la posibilidad que sugeriste a la distancia… ahora tengo que rodear tu isla y buscar un acceso a tu faro. O volver la mirada al horizonte, lejos, muy lejos del naufragio, lejos, más lejos de la isla, buscar otro barco que me encuentre, aferrarme a otra tabla salvavidas.

... O solo hace falta una luna llena, y que suba la marea

Pensamientos clavados

Un clavo no saca a otro clavo
Y más cuando lo que quiero
No es sacarle de adentro
Sino rellenar un hueco

Aunque un clavo saque a otro clavo,
Yo no tengo nada a trueque,
Me resbalo por las paredes,
Necesito estar clavado

miércoles, diciembre 15, 2004

Alma de Barro

Yo tengo alma de barro, cuando nací era solo una masa, y con el tiempo se ha ido moldeando, tomando formas cada vez más complejas y caprichosas…
Cada gusto, alegría, tristeza… moldea ese barro. En un principio podía entrar en cualquier molde, después, poco a poco, partes de mi se fueron haciendo sólidas, se llaman valores, vicios, caprichos, gustos, deseos, necesidades… hay algunas que ya nunca se podrán deformar y otras que, aunque duras, aún son moldeables.

Cuando decidí buscar una pareja para compartir mi vida, mi alma cambió inmensamente, porque entró en contacto con otra alma, que hizo crecer algunas de mis cualidades y también de mis defectos… no dejé de ser yo para estar con ella, pero si me volví un poco ella, desarrollé lo que a ella más le gustaba de mi, luché contra mis defectos que a ella más le molestaban, tomé de ella y ella tomó de mi… tomé parte de su alma, del barro que la forma a ella, y lo volví mío… parte de lo que soy ahora es ella, lo tomé de ella, de lo que más admiro de ella, es una parte sólida, que está hecha para embonar con su alma, que desarrollé con ella y por lo tanto solo en ella puede encontrar su máximo significado. Eso que tomé, es ahora pilar de mi ser, base de lo que soy, es parte de mi esencia. Pero esa parte está formada por trozos de su alma, y como todo lo que es separado de su origen, duele, quiere volver a donde estaba, al barro de donde salió, al único que tiene la forma que lo complementa… por eso duele tanto, y porque también ella tiene parte de mi, y esa parte es una pequeña mutilación de mi alma, una herida permanente que quiere cerrar pero no tiene la parte que le falta…

Llevo dos, dos heridas, dos anexos en mi alma, dos caprichos que dieron forma a lo que soy ahora, dos veces junté mi alma con otra alma buscando el molde perfecto. Dos veces ha terminado, dos veces ha dolido, dos veces ha matado, dos veces se ha endurecido ese barro que me forma… Pasa el tiempo y cada vez el molde es más difícil de encontrar, cada vez mi forma es más compleja, más caprichosa, más terminada… pero creo que nunca dejaré de tener secciones moldeables, esperando a que una gran persona les de forma, las esculpa y me ayude a desarrollar mi ser…
Llevo dos, dos que han dolido y nunca dejarán de doler, llevo dos, y no aguanto las ganas de encontrar a otra persona maravillosa que quiera compartir su alma conmigo… espero que ahora si sea la definitiva, y si no, dolerá, pero dará vida…

martes, diciembre 14, 2004

Parásitos

Existen tres tipos de seres humanos, los parásitos, los simbióticos y los huéspedes.

Como aprendimos en clase de biología, un parásito vive a expensas de un huésped a diferencia de los simbióticos que más bien se complementan y se dan el uno al otro lo que les hace falta o lo que no pueden producir…

¿Cuántos amigos tenemos? ¿Cuántos de ellos son nuestros parásitos y a cuantos parasitamos nosotros…? Esa respuesta, en la mayoría de los casos, solo nos la podría dar un científico que nos estudiara de fuera con instrumentos de precisión…
Como el presupuesto no da para eso, no hay manera de saber en realidad quien parasita a quien, así que tendré que atacar el problema de dentro para afuera…

Ahora hay tres tipos de relaciones, en las que sientes que la otra persona está colgada de ti absorbiéndote (parasitándote), en las que te sientes colgado de la otra persona, parasitándola, y en la que sientes que aportas y te aportan lo suficiente como para “estar a mano”. Como quedamos que no se puede sacar una gráfica exacta con el nivel de parasitismo de cada relación, este estudio será subjetivo, analizando a las dos personas implicadas y lo que opina cada quien…
Las personas más egoístas son las que se sienten más parasitadas, las que sienten que hacen mucho por todos nosotros y en general, nuestros esfuerzos nunca son suficientes como para compensarlos.
Las personas que se sienten más parásitas en general tratan de compensar a los demás, por lo que son en general más generosas.
Creo que no existe alguien que se considere en general simbiótico, hay algunas (muy contadas) ocasiones en que es muy claro el equilibrio, pero creo que son las menos…

Individuo A piensa que es parásito de B
Individuo B piensa que es huésped de A

A se desvive por B, B le da bastante, pero no recibe lo que espera. B va perdiendo las ganas de darle a A (porque no le da suficiente a cambio) y A va perdiendo las ganas de darle a B (porque de todos modos nunca lo complace, así que no vale la pena).

A piensa que es parásito de B
B piensa que es parásito de A

A se desvive por B, B se desvive por A, esta relación, a mi parecer, tiene a crecer, ya que ambas partes están continuamente tratando de superarse para darle más a la otra, que tanto lo merece… El problema viene de la sensación de parásito, donde tanto A como B se van llenando de la sensación de que detienen a su contraparte en su evolución.

A piensa que es huésped de B
B piensa que es huésped de A

No llegarán muy lejos, a ninguno de los dos les nace dar, ya que no reciben a cambio… poco a poco se dejarán ir sin pena ni gloria.

Creo que más que como estados, como blanco y negro, hay que ver esto como una escala, una escala que va del 0 (para el más parásito) al 10 (para el más huésped), pasando por todos los matices y deteniéndose en el 5 donde el equilibrio simbiótico es perfecto.
También creo que todas nuestras relaciones fluctúan de ida y vuelta dependiendo de los tiempos y situaciones, por ejemplo, en una crisis financiera, una parte puede pedir prestado dinero, alterando la relación parásito-huésped radicalmente por un tiempo…

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

En esta escala yo creo que 0, 1, 2, 8, 9 y 10 son valores enfermos o extremos, que en ninguna relación “sana” pueden durar mucho, o más bien, si se prolongan, la relación no puede durar mucho. 3, 4, 5, 6 y 7 son los valores en los que todos fluctuamos, a veces invito yo la comida, a veces pido aventón, a veces sirvo de hombro para llorar a veces lloro en tu hombro.

¿Cual será la relación perfecta?
Yo creo que una buena relación implica un equilibrio, una relación A=4 B=7 no puede ser muy buena, es preferible una A=7 B=7, donde las actitudes de ambas partes son similares.
Una relación funcional no debe separase más de dos números, una 5-6, 3-5 o 4-6 están bien.

No creo que todas las relaciones deban (y mucho menos puedan) tener una relación 5-5, todos tenemos que colgarnos un poco de los demás y todos tenemos que reconocer cuando andamos cargando a alguien en la espalda.

¿Conclusiones?
No se si las haya,
Creo que yo soy una persona a la que le gusta quedarse debajo del 5, suelo sentirme un parásito, siento que me dan mucho más de lo que algún día podré dar, en general es práctico, y en general la gente con la que me junto también ronda por esos niveles. Es muy interesante cuando alguien se entrega dispuesto a dar mucho, dispuesto a admirar a la otra persona, y esa persona le responde con admiración y dando también mucho… creo que ahí es cuando nos acercamos al 5-5… cuando nos sigue naciendo dar mucho, cuando podemos ser agradecidos, cuando admiramos a la persona del otro lado, pero también sabiendo que somos importantes para la otra persona, que ella nos necesita…

Yo creo que cada quien tendrá sus conclusiones…

sábado, diciembre 04, 2004

Quiero comerme tus ojos.

Quiero comerme tus ojos.
Te vi, tú no me viste, estabas mirando,
Desde entonces quiero comerme tus ojos
Por esa forma en que miran, por esa intensidad
Por ese brillo que es emoción, ilusión

Quiero comérmelos, para sentir como tú
Para ver el mundo como tú lo estás viendo

La emoción de verte mirando,
Me hace desear entrar en ti
Para vivir en esa fuente
Que más que absorber, emite
Que vuelve lo cotidiano magia
Haces poesía al mirar

Por favor, sigue mirando,
Yo voy a mirar tus ojos


Solo algo pudo romper este momento,
Me perdí en un deseo lejano
Poder verte a los ojos
Y sentir de nuevo esa emoción,
Y lograr que lo que brille en tus ojos…
Sean mis ojos

jueves, diciembre 02, 2004

Los Poetas

Es muy raro... a veces pensé en los poetas como personas extrañas, especiales... muy capaces de poner en palabras bonitas situaciones comunes... me he estado dando cuenta de dos cosas...

1) todos traemos un poeta adentro

2) lo admirable no es la capacidad de poner en palabras bonitas las situaciones comunes, sino vivir de una forma tan extraordinaria lo que para otro podría ser común...

miércoles, diciembre 01, 2004

El “postepílogo” (o como quiera que se llame eso)

¿Tragarme mis palabras?
A ver a que saben…

Voy a hablar de los atajos,
Estamos viajando en una carretera, es de noche y hay mucha prisa (en esta carretera siempre hay mucha prisa). De pronto, mi acompañante me dice, ya no llegamos, aquí hay un atajo, confía en mí, tómalo… y me salgo de la carretera a un camino de terracería…
Sigue siendo demasiado tarde y sigue faltando mucho… toma otro atajo, confía en mi…
Y lo tomé, un camino más chico todavía, de un carril y de doble sentido, ojalá no venga un camión de guajolotes. ¡Sigue siendo tardísimo!... y me lancé campo traviesa… y así fue la aventura, atajo tras atajo y el “confía en mi” como premisa… Me remonto a hace unos días, cuando por fin terminaron los atajos… estaba circulando por una ciénaga neblinosa, esquivando pozas y uno que otro árbol, “confía en mi… se muy bien por donde voooooooooooooooooooooooooy”

- Un barranco….

Y me voy cayendo mientras todos los atajos pierden su validez: siento que ya hubiera llegado por el camino pavimentado, en realidad no sabía por donde iba, mi coche ya valió para siempre, a ver a donde demonios caemos… y que se pudra para siempre el “confía en mi”…

No era un barranco corto… caímos, caímos por… que será… dos semanas…
Imagínense lo que se puede llegar a blasfemar durante una caída de dos semanas… pensé que me había caído al fin del mundo o algo así… hasta que solo se escuchó una palabrita…

“aquí”

y mi coche cae al suelo, con el eje torcido, los vidrios rotos, las llantas ponchadas…
cuando se disipa el humo y logro salir del vehículo, me doy cuenta de donde caímos, varios kilómetros adelante y perfectamente en ruta…
Al final de cuentas llegamos a donde íbamos, y por eso me voy a comer dos semanas de blasfemias…

Mi coche está arruinado, y eso no lo quita nadie… me duele el cuello y otras partes del cuerpo, pero aquí estamos…

Cada quien toma su camino ahora, tú ya te encontraste una moto de oferta y sales dentro de unos minutos, yo estoy esperando a que el mecánico arregle mi coche. Aquí nos separamos además… tu sigues por la izquierda y aquí yo doblo a la derecha, fue un placer compartir las aventuras de la carretera contigo, y después de dos semanas de caída, que bueno que los dos avanzamos en nuestro camino y no terminamos en un precipicio sin sentido…



El post postepílogo
Gracias también por dejarme lana para las reparaciones… ¡El mecánico dice que con un poco de suerte mañana salgo a carretera de nuevo!