martes, enero 03, 2006

Cerrando el Ciclo

...bienvenida...

jueves, diciembre 22, 2005

¿un segundo?

Un segundo contigo.
dejar de ser, hundirme en tus ojos,
ver fluir la felicidad de ti a mi, de mi a ti
sentirla aumentar en cada giro
perpetuar ese segundo para conservar la alegría
perpetuar la alegría para que llene cada segundo

lunes, diciembre 12, 2005

Incógnita

Sabes mucho mejor que yo quién eres. Eres quien mejor te conoce, y aún así no creo que pudieras disipar mi duda. ¿Qué me das, que quiero estar a tu lado recibiéndolo eternamente? No hay forma tangible de definirte, no hay una tabla con la que pueda medir un segundo contigo.
No puedo ni decir qué me das pero tampoco puedo dejar de necesitarlo. No quiero saberlo, solo quiero seguir tratando de nadar en esos ojos, tan profundos que nunca, espero nunca, encontraré su final.

domingo, diciembre 11, 2005

Sin prisa…

Guardo cada suspiro, cada vez que quise tomar tu mano, fuera cual fuera, cada beso que nunca sucedió, incluso cuando ambos quisimos y no fue el momento indicado…
No son recuerdos amargos, no dejan espacio al arrepentimiento, no están muertos, no quedan atrás. Flotan, se acurrucan, esperan la ocasión para volar, para hacer de un momento, del momento que está por venir, el más bello que ha existido.

jueves, diciembre 08, 2005

imaginando

A veces supongo mi historia… la imagino con mil personas diferentes.
Otras prefiero suponer a una persona, a una sola, la imagino conmigo, con mil historias diferentes.
Hoy es un día de esos

domingo, diciembre 04, 2005

en el aire

Llevaba demasiado tiempo deambulando con los ojos y el corazón abierto. La mente se abrió con lentitud, calculando, midiendo. Después de tanto análisis el resultado era claro: imposible de lograr, causa perdida.

Quedaban entonces dos posibilidades: renunciar o rebajar. Renunciar conllevaba demasiadas implicaciones, era más un suicidio que un cambio de planes. Rebajar resultaba todavía peor, porque en lugar de una muerte terminaba siendo una autocondena a cadena perpetua. En un juego en el que las dos posibilidades resultan fatales lo único que quedaba era postergar la decisión lo más posible. Tomó una moneda en blanco y la llenó de palabras rimadas. Sin darse cuenta puso de un lado la esperanza de manos del Uruguayo, y del otro una colección de dolor en Argentino. La moneda fue girando todo el camino y un poco más. Quería prolongar todo lo posible ese último volado… cuando se detuvo, dejó la moneda donde calló y siguió caminando sin verla.

Las medias luces nunca le han favorecido, toreando a los espíritus etílicos mantuvo, como siempre, su guardia alta, la mente alerta y el cuerpo tenso. No había motivo para perder el control, solo había dos posibles soluciones y ya las conocía.
Unas palabras de rutina, o imposible o insípida, ¿quién sigue? Más palabras, dos sonrisas, la primera le borra lo insípida, la otra lo imposible. Unos ojos profundos también sonríen. Más palabras, más sonrisas, más miradas. Él empieza una colección, quiere conservar, en orden de importancia, cada gesto regalado. El orden coincide con el orden cronológico.
Sospecha que todo sucedió dentro de él, acompañado por notas ininteligibles de ritmo pegajoso. ¿Fueron dos compases? ¿fue solo el cambio de un bit a otro? Él sospecha un tiempo que podría variar entre dos segundos y una eternidad, ni más ni menos.
Un soplo de viento le sorprende cuando llega cargado de palabras que sabe que eran para él, sabe que las escuchó todas, y no las puede ordenar. Un abrazo repetido sella todo: dos historias diferentes vividas por dos personas diferentes, en diferentes velocidades y con diferentes intensidades, y que por supuesto fueron una sola.

Recobró la conciencia cuando su moneda trataba de abofetearlo. “la moneda calló por el lado de la soledad” fue lo que él pudo leer… dejó que terminara su frase, tomó la moneda y sin arrojarla al aire le dio la vuelta y leyó (escuchó) “calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo”… No podría el azar elegir mejor que él…
Y no podía sentir más placer que el descubrirse tan errado en sus cálculos.
gacias, gracias, gracias, porque no hace falta nada más y está una vida por delante

martes, noviembre 29, 2005

Negocios

La venta implica una negociación.
La negociación implica una búsqueda de beneficios.
El negocio ideal es en el que ambas partes resultan beneficiadas.
El beneficio implica una concesión especial, algo más de lo que el resto obtiene.
Para que alguien obtenga un beneficio alguien debe salir afectado, puesto que el trato especial a alguien implica el descuido a otro.
Por lo tanto no existe un negocio donde ambas partes puedan salir beneficiadas.
Entonces el negocio ideal no es en el que ambas partes resultan beneficiadas, sino en el que ambas partes creen resultar beneficiadas.
Se podría proponer que el negocio perfecto es aquel donde ambas partes creen resultar beneficiadas pero en realidad obtienen un reparto justo de los beneficios.
Para que alguien crea resultar beneficiado sin serlo en realidad se necesita que suceda una de dos cosas: Que la otra parte le engañe, o que se engañe a si mismo.
Por lo tanto en un negocio ideal ambas partes serán engañadas, preferentemente en el mismo grado.

No solo se venden productos y servicios por dinero. Se cambian ideologías, hay un trueque de imágenes y posiciones sociales, valores, compra venta de momentos, seguridad, placer, admiración, sentimientos…
Parece que toda actividad que implica a dos seres humanos implica un intercambio.
Cada intercambio puede manejarse como una venta.
Vivimos todos los días con frases como “el que no enseña no vende”, “le vendí la idea”, “no te voy a comprar esa excusa”, “se supo vender”. Vivimos vendiéndonos y comprando a otros.

Si vivimos vendiéndonos y comprando a otros, y cada venta implica un engaño, entonces vivimos engañados y engañando.
El conocimiento implícito de estas reglas por parte de cualquier individuo social hace que genere un natural rechazo a la “verdad” que se le presenta.
El individuo espera ser engañado y trata de desenmascarar ese engaño para obtener un beneficio real.
Cualquier individuo que trate con él sabrá que está tratando de desenmascarar su engaño, por lo que preparará un engaño nuevo que envuelva a ese individuo y le permita obtener el beneficio para él.
Es socialmente aceptada la mentira. Se da por hecho que se inflarán las cifras y maquillarán las realidades. Un buen negociador sabrá ver a través del engaño y conseguir beneficios reales.
Por repetición, se ha implantado la falsedad como un hecho. Cada realidad presentada se presupone falsa y exagerada.

Si se llegara a presentar una oferta objetiva de todos modos sería considerada como falsa y exagerada.
Por lo tanto presentarse así implica una desventaja con respecto del resto.






Estoy un poco harto… nunca me han gustado las ventas, y no soy bueno para vender.