en Azhul...

Con el corazón a tientas, tratando de rescatar pedazos de pasado y volverlos presente, tratando de cambiar los personajes de la última obra sin cerrar el telón y siguiendo el mismo libreto…
Con esa total ceguera, arrastrándome, tratando de reinventarme sin perspectiva alguna… así te conocí, en mal momento y si saber a donde caminaba…
Caminaste un rato a mi lado, desde lejos, pero atenta a mis pasos y a mis evoluciones… sin pedirte permiso te llené de cargas, te volví responsable de mi felicidad, te nombré sustituta de quien me dejó como estaba, y como tal te traté… con el mismo miedo, con la misma ilusión… y por cierto, no me tomé la precaución de avisarte…
Finalmente, en el peor de los momentos, con lo peor de mi a la vista, se me ocurrió decírtelo todo, todo lo que creía que sentía… entonces empezó a fluir la verdad… muy tarde y muy poco a poco… creo que hoy terminó de fluir…
Error sobre error… que gracias a ti no se volvió algo letal… me pusiste un alto definitivo después de la última de mis explosiones de insensatez… Gracias… ¡de verdad Gracias!

Ya pasó bastante tiempo, no tanto en días sino en pensamientos y en vivencias… lo único que puedo decir en mi defensa es que no pude ver más allá... estaba demasiado adentro como para entenderme… no me había dado cuenta de que estaba buscando con urgencia quien sustituyera defectos y cualidades, crisis y felicidades que no son tuyas ni serán… no estaba conciente de que en mi locura temporal podía estar arrastrando a inocentes (gracias de nuevo por evitarlo), no me había dado cuenta de que no podía continuar donde me quedé… no me había dado cuenta de muchas, muchas cosas…

Lo único que resta es pedir las disculpas… disculpas que ya pedí pero por diferentes motivos. Ojala me puedas perdonar y aceptar esos momentos como una locura temporal causada por circunstancias nuevas y dolorosas… Espero que se pueda levantar la sentencia de “por lo pronto ahí muere para siempre” y poco a poco se cultive una amistad que pintaba muy bien...