jueves, enero 13, 2005

Propongo

Salió de la oficina como todos los días… caminó a su casa como todos los días.
Pero a diferencia de “todos los días”, esta vez, entre la “gente de todos los días” apareció una chica que parecía muy simpática y además era atractiva. Él la descubrió riendo, y con ese sonido como agua lo conquistó de inmediato. ¿Por qué no creer en el amor a primera vista?

Él se acercó y le dijo – hola, te acabo de ver y me encantó tu risa, me gustas y quiero conocerte más para ver si todo lo que me imagino de ti es verdad –
Ella lo miró, levantó sus ojos como buscando adentro, y dijo – bueno, que tal si vamos al cine o algo así –
Salieron durante un par de meses y se les terminó la conversación


Justo por ese lugar pasaba en ese momento otro caballero, que fue interceptado por una señorita que sirve café en el negocio de la esquina. Ella le dijo – Hola, van varias veces que te veo pasar por aquí y me llamaste mucho la atención, quería ver si un día podemos salir –
Él contesta – La verdad, así de primera impresión, no me gustas, pero vamos a salir un día, nada perdemos con intentar –
Resulta que compartieron muchos intereses, y a los dos meses estaban pensando en como decorar el cuarto del bebé que decidieron tener a final de año.


Mientras tanto, en el mismo café, un muchacho le decía a una compañera de la escuela: - oye, me encanta verte cuando te sientas delante de mi, y me gusta imaginar que cuando te toca atrás me estás viendo a mi -
- no, la verdad no, nunca me has llamado la atención, mejor platicamos luego –
Y nunca salieron juntos, pero él encontró al siguiente año escolar una chica que le llamó más la atención, y con la que compartió su vida 4 años más. Ella también encontró a alguien, aunque después de muchas salidas e intentos infructuosos.


A pocas calles de ahí, siempre sale de su casa a la misa hora y él la ve y sueña con ella. No tiene armas para conquistar a la chica más guapa de la colonia, nunca le va a hacer caso a él. En la noche, suena el despertador de ella, justo a las siete y cuarto, para recordarle lo que nunca ha necesitado que le recuerden, que él viene de regreso de trabajar. Se asoma discretamente detrás de las cortinas y como siempre él le roba un suspiro.

Historias, cuentitos,
¿Qué pasaría si saliendo de trabajar me encuentro con una mujer y me gusta?
Vivo en una ciudad con 22 millones a habitantes, lo más probable es que nunca vuelva a cruzar caminos con ella, que se va a ir a su casa y nunca más la volveré a ver.
¿Qué pasaría si le digo –hola, me gustaste y quiero conocerte para ver si llego a amarte-?
Lo más probable es que ella me de una bofetada, se retire rápidamente y se lo cuenta a quien más confianza le tenga, me diga que tiene novio (sea o no cierto), y/o se haga la desentendida y camine para el otro lado.
No la culpo…
Creo que pasaría lo mismo si alguien me dijera algo similar

Entonces nos limitamos a conocer a las personas que “alguien nos presenta”, con las que tenemos una “convivencia obligada” (escuela, trabajo), y unas pocas personas con las que tenemos “azares y coincidencias”. Y dejamos de conocer a muchísimas personas valiosas porque “no tenemos una razón” para pedirles un teléfono, para invitarlas a platicar, o simplemente ganarles un rato.

Me parece que el ritual es algo así:
(versión tradicional)

Chico y chica se conocen (y se gustan, pero no lo debe saber nadie):
Si chico no da un paso más, chica debe quedarse el resto de su vida esperándolo.
Si chico se anima, dependiendo de la situación, la sacará a bailar, se sentará con ella o algo por el estilo. Si ella se hace un poco del rogar mejor por los dos, porque él verá que ella no es “fácil” y ella verá que él de verdad está “interesado”
El paso siguiente, es “platicar”, hablar de lo más trivial o de lo más trascendente, pero siempre con el “gusanito” de que quisieran estar hablando de que se encantan el uno a la otra y viceversa.
Si la plática va bien, entonces se invitarán a “salir” más adelante, ya sin la comodidad de la “coincidencia” que los juntó en un principio. Como el “invitar a salir” a alguien ya requiere un poco más de compromiso, ambos deben cuidar mucho el no “ir muy rápido” o “muy lento” porque todo se arruina.
Salen, varias veces, quizá por meses… hasta que un día, con suficiente claridad de ambas partes, él se debe “aventar” y “declarársele” a ella y por fin, después de varios meses, de varias salidas llenas de hipocresía, por fin él le puede decir “me gustas” y ella, que además está obligada por “la buena educación” a esperar a que él siempre dé el primer paso, podrá decirle “tú también a mi”…
Luego vendrán los “quieres ser mi novia” “si, me encantaría”… un “primer beso” etc. etc…


Estoy consciente de que este ritual ha cambiado muchísimo, aún así, el “ritual oficial” sigue siendo ese, detalles más, detalles menos.

Nunca he sido partidario de los “amores de una noche”, puedo presumir que todos los besos que he dado han sido convencido y enamorado, y que la relación más corta en la que me he envuelto duró casi un año, más varios años de “ritual”. No quiero cambiar esa forma de ser. Quiero seguir dando un beso solo a una persona con la que creo que podría pasar el resto de mis días… quiero seguir destrozado por terminar una relación con mi pareja… sea quien sea quien tenga que dar el paso.
Lo que quisiera que pasara, es que todos fuéramos un poco más sinceros, hacia adentro y hacia afuera.

Aquí una propuesta de ritual:
Chico conoce a chica (y se gustan)…
Chico le dice a chica, (o chica a chico): -hola, me gustas, quiero conocerte y ojalá se confirmen mis sospechas de que eres una persona maravillosa – (esto no se tiene que decir de inmediato, porque el enamoramiento no siempre sucede de inmediato, pero se debe decir en el momento en que se sienta).
Chico o chica (según el caso) también se sincera… “tu no me gustas mucho pero estoy dispuesta a intentarlo” “tu también me gustas” o de plano “tu no, muchas gracias”… no se sinceridad…
Chico y chica platican, de lo que les gusta del uno y de la otra, poco a poco, empiezan a salir temas más y menos trascendentes… se siguen conociendo
Cuando chico o chica llegan a la conclusión de que lo que sospechaban era lo correcto, entonces viene las “declaraciones”, los besos y todas esas cosas.
Y si se dan cuenta de que no, en cuanto se den cuanta también lo platican…

Para que te enamores de mi necesitaría dejar de enamorarme de ti… no tengo plática para ti, para “conquistarte”… las palabras que se amontonan en mi lengua solo dicen lo mucho que te admiro, lo mucho que me atraes, lo mucho que quiero conocerte mucho.
A mi me gusta más así, más sincero…
No se si se pueda, ha pasado por mi mente pasar de la teoría a la práctica, a ver si me armo de valor pronto

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