¿Hubieras jugado menos?
Desde el primer Intellivision (maquinita de videojuegos de Mattel) he sido fanático de los videojuegos, pero el verdadero boom llegó junto con “Mario Bros” donde un plomero bigotón tiene que rescatar a una princesa presa en un castillo… Desde entonces los videojuegos han avanzado a un ritmo muy acelerado, pero siempre he tenido una cierta fascinación por ellos… ¿por qué?
Porque tienen algo que la vida real no tiene…
Si Mario quiere saber qué hay adentro de un oscuro tubo verde solo tiene que meterse, y si sospecha que pueda haber un tesoro en algo que parece un abismo mortal, solo salta y se entera de inmediato… Mario tiene dos ventajas sobre nosotros los humanos, primero, no tiene que perder la mitad de su vida pensando si va a saltar o no, solo obedece al control y se lanza, las consecuencias vendrán mas tarde. Y segundo, Mario siempre tiene otra vida, así que puede correr todos los riesgos que quiera, porque sabe que solo se tiene que regresar medio nivel y estará de vuelta ante el mismo obstáculo, ahora con la experiencia y certeza de que debe o no aventarse, de una u otra manera.
“El hubiera no existe” dicen, y muchas veces nos quedamos preguntándonos ¿Qué sería de mi ahora si hubiera decidido estudiar leyes en vez de diseño? ¿y si hubiera estudiado en tal escuela en lugar de la otra? ¿y si nunca hubiera hecho esto? ¿Qué sería de mi si no te hubiera conocido?
El buen Mario nunca ha tenido que pensar eso, él ha saltado en cada agujero, ha roto hasta el último bloque, ha pisado cada champiñón que se le puso enfrente en su pequeño y limitado mundo…
Para Mario el hubiera no existe porque él puede hacerlo todo, y todo es “fue” y no “hubiera”… Para todos nosotros, el hubiera existe, queramos o no aceptarlo… Y nos va a estar acosando cuando tomemos la decisión equivocada, o peor aún, cuando no sepamos sacar provecho de la decisión que tomamos, nos haya convenido o no.
El hubiera está ahí, esperando a que tomemos una decisión para recordarnos todas las que dejamos de tomar por ella…
Para mi es intrigante el hubiera, me habría (hubiera) encantado tener un gemelo que fuera “otro posible yo” y encontrar las similitudes y diferencias. Pero no puedo vivir varias veces el mismo problema o la misma alegría. No puedo regresarme y probar otro camino… Lo que si puedo y me resulta muy útil y divertido es inventarme los “hubieras”, darle vueltas a los asuntos e irme preparando para cuando tenga la oportunidad de tomar otra buena decisión, hacerlo teniendo en cuenta todo lo que podría pasar, si hubiera, escogido una u otra opción…
Hubiera… Hubiera… y si mañana hubiera estado en otra parte… Y si la semana que entra no hubiera ido allá
Si me hubiera animado a hablarte pasado mañana y no hasta dentro de un mes. Hubiera sido fabuloso morir más joven y no hasta los 100. Y si hubiera preparado tu cena el próximo sábado y no el domingo
si tan solo te hubiera conocido ayer y no mañana
Porque tienen algo que la vida real no tiene…
Si Mario quiere saber qué hay adentro de un oscuro tubo verde solo tiene que meterse, y si sospecha que pueda haber un tesoro en algo que parece un abismo mortal, solo salta y se entera de inmediato… Mario tiene dos ventajas sobre nosotros los humanos, primero, no tiene que perder la mitad de su vida pensando si va a saltar o no, solo obedece al control y se lanza, las consecuencias vendrán mas tarde. Y segundo, Mario siempre tiene otra vida, así que puede correr todos los riesgos que quiera, porque sabe que solo se tiene que regresar medio nivel y estará de vuelta ante el mismo obstáculo, ahora con la experiencia y certeza de que debe o no aventarse, de una u otra manera.
“El hubiera no existe” dicen, y muchas veces nos quedamos preguntándonos ¿Qué sería de mi ahora si hubiera decidido estudiar leyes en vez de diseño? ¿y si hubiera estudiado en tal escuela en lugar de la otra? ¿y si nunca hubiera hecho esto? ¿Qué sería de mi si no te hubiera conocido?
El buen Mario nunca ha tenido que pensar eso, él ha saltado en cada agujero, ha roto hasta el último bloque, ha pisado cada champiñón que se le puso enfrente en su pequeño y limitado mundo…
Para Mario el hubiera no existe porque él puede hacerlo todo, y todo es “fue” y no “hubiera”… Para todos nosotros, el hubiera existe, queramos o no aceptarlo… Y nos va a estar acosando cuando tomemos la decisión equivocada, o peor aún, cuando no sepamos sacar provecho de la decisión que tomamos, nos haya convenido o no.
El hubiera está ahí, esperando a que tomemos una decisión para recordarnos todas las que dejamos de tomar por ella…
Para mi es intrigante el hubiera, me habría (hubiera) encantado tener un gemelo que fuera “otro posible yo” y encontrar las similitudes y diferencias. Pero no puedo vivir varias veces el mismo problema o la misma alegría. No puedo regresarme y probar otro camino… Lo que si puedo y me resulta muy útil y divertido es inventarme los “hubieras”, darle vueltas a los asuntos e irme preparando para cuando tenga la oportunidad de tomar otra buena decisión, hacerlo teniendo en cuenta todo lo que podría pasar, si hubiera, escogido una u otra opción…
Hubiera… Hubiera… y si mañana hubiera estado en otra parte… Y si la semana que entra no hubiera ido allá
Si me hubiera animado a hablarte pasado mañana y no hasta dentro de un mes. Hubiera sido fabuloso morir más joven y no hasta los 100. Y si hubiera preparado tu cena el próximo sábado y no el domingo
si tan solo te hubiera conocido ayer y no mañana
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